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       l general Obregón, durante su campaña política, habla visitado la ciudad el 22 de enero de 1920. Al triunfar su insurrección contra Carranza y asumir, poco después, la Presidencia de la República, hubo un grupo rebelde, adicto a Murguía, al que hubo que desalojar de San Pedro del Monte a principios de marzo de 1921. El 4 de enero de 1924, el general Manuel M. Diéguez afiliado al de la Huertismo Amagó León. Esta urbe vivió amenazada por diversos grupos cristeros durante 1927 y 1928. El 3 de enero de aquel año habían sido ejecutados varios jóvenes que intentaron sublevarse, y en el curso de éste hubo combates con los insurrectos en Duarte, Lagunillas y otros puntos. En este mismo año (1928) se formó transitoriamente el Partido Socialista Leonés, y Obregón visitó de nuevo la ciudad el 16 de marzo en pos de su reeleción. Durante esos dos años, e! general Daniel Sánchez que luchaba desde ella, como su cuartel general, contra los cristeros de El Bajío y de Los Altos la hizo vivir en el terror, fusilando a sacerdotes y a laicos y cometiendo constantes atropellos. Con referencia a sus verdugos y a criminales vino a ser llamada en 1928 "la ciudad de los matones". Vasconcelos fue visto por muchos como un salvador, al visitar León en 1929 durante su campaña. Como el problema religioso resurgió, en 1933 hubo en las cercanías un nuevo grupo cristero.

      Las calamidades de esta etapa, fueron: una epidemia de meningitis cerebro-espinal en 1929-1931 y una terrible inundación el 23 de junio de 1926, que destruyó muchas casas y causó algunas muertes. Para impedir la repetición de esta catástrofe se reforzó el bordo del río y se limpió el cauce del mismo. Para entender la salud pública, se introdujeron mejoras en el Hospital Civil, se fundó en 1923 el Instituto Biológico que dirigió el doctor José de Jesús González, se creó en 1932 el Servicio de Salubridad Pública se estableció en 1933 el Centro de Higiene Infantil "Gastón Melo".

      La población pasó de 89,064 habitantes en 1921 a 104,274 en 1930 y para 1935 se podrían calcular 120 mil. Correlativamente a este crecimiento demográfico, hubo uno urbanístico en cuanto se recobró la ciudad del diluvio de 1926: así surgió en 1928 la elegante zona residencial de Bella Vista, y también las colonias Guadalupe, Obrera e Industrial.

      Después de la recesión del periodo revolucionario, la industria empezó a prosperar entre los años 1918 a 1923; en éste se tuvo una extraordinaria exposición industrial desde mediados de enero hasta el 5 de febrero, complementada por exhibiciones avícola, ganadera y de maquinaria y productos agrícolas, lo que, fue un índice del alto desarrollo hasta entonces conseguido. El calzado leonés se abrió en ese tiempo nuevos mercados en el norte del país y esa expansión continuó hasta que se produjo la crisis económica mundial de 1929 que afectó profundamente a León, y duró por lo menos hasta 1930-1931. Para la recuperación se contó, desde 1933, con el Banco Industrial Refaccionario.

      Aparte de la comunicación ferroviaria (por medio de la cual llegó en 1921 un grupo de turistas norteamericanos), empezaron a construirse carreteras como la de San Felipe, entre 1923 y 1926, y también, por entonces, la que se acondicionaba para San Francisco del Rincón. En el año precedente (1925) se hizo el primer viaje en auto de México a León, y ya en 1930 se podía ir a aquella metrópoli en 11 horas.

      Esta clase de vehículos sólo empezó a proliferar desde 1917; en 1920 había un Club Automovilístico y en 1921 se tenían carreras de automóviles de los que en 1922 habían sido 250, y en 1930, 400. Para esta fecha, existían 40 canciones de pasajeros que desde hacía poco reemplazaban a los tranvías, los cuales subsistían todavía en 1928, cuando aún los habla de tracción animal, a pesar de que, desde 1919, empezó a adaptárselas motor, llamándoseles "tractores". Al fin de 1934 había servicios de camiones foráneos a San Felipe y San Luis Potosí; a San Francisco, Purísima y de allí a Ciudad Doblado o a Jalpa y Arandas; y a Silao, y de allí a Guanajuato y Dolores, o a Irapuato, Celaya y Querétaro. También los había de León a Cuerámaro. Aunque por mala carretera (que se estaba arreglando), en auto se llegaba a Lagos. En cuanto al transporte aéreo, cuando en 1921 llegó un avión biplano, varios vecinos subieron a él sobrevolando la ciudad, y ya en 1928, para mejor enfrentarse a los grupos cristeros, se acondicionó una pista aérea. En 1931 estaba ya enlazada a la metrópoli por aviones de la C.A.T., haciéndose el viaje en una hora y media. Desde 1928 (además de los Teléfonos de Guanajuato) prestaba sus servicios la Compañía Telefónica y Telegráfica Mexicana y en ese mismo año se inauguró el servicio de larga distancia a México.

      Bajo la administración de los presidentes municipales Manuel S. Vázquez y Pascual Urtaza, en 1924 y 1925, respectivamente, se realizaron algunas mejoras materiales, entre ellas la pavimentación de la Plaza Principal en el último año, siendo demolido el Portal Obregón. Para entonces se contaba ya con el recién construido edificio del Palacio Federal, iniciado en 1921 y concluido hacia 1923. Bajo la primera gestión de Filiberto Madrazo (2 de marzo al 6 de octubre de 1928), se instalaron dos torres (una de hierro y otra de cemento) en el Barrio de Arriba y en el de Santiago, para elevar el agua potable, que fue entubada llegando hasta el Barrio de San Miguel; además, fue transformado el Rastro. En cambio, bajo su segunda actuación (1929) desapareció por incendio -acaso intencional- el Mercado Hidalgo o Parián, el 31 de octubre, y su solar vino a convertirse, en 1932, bajo Jesús Yáñez Maya, en jardín de la Industria. En el mismo año se empezó a reformar el Mercado Aldama o de la Soledad, terminándose tal obra en 1933 siendo presidente el licenciado Juan Manuel Carrillo y entonces se empedraron numerosas calles, y se instaló tubería de agua potable y drenaje en algunas de ellas, se mejoraron los hospitales y se arregló el campo de aterrizaje para las Aerovías Centrales. En igual fecha se hacía el trazo de la carretera entre San Francisco del Rincón y Apasco, que uniría con México a la Perla del Bajío.

      Fueron establecidas nuevas escuelas elementales: por ejemplo, en 1928, una en el Barrio de Arriba, otra en el de San Miguel y además en la congregación de San Pedro de los Hernández, y se mejoró la Escuela Industrial, surgida poco antes. Pero las primeras atravesaron un período crítico cuando, al fin de 1934, muchos maestros renunciaron al verse compelidos a impartir la enseñanza socialista, si bien algunos que la aceptaron, constituyeron, a principios de 1935, el Bloque Renovador de Maestros Revolucionarios y el 10 de febrero de ese año tuvieron su primer "viernes rojo" en el Teatro Doblado. Previamente al conflicto religioso de 1926-1929 existían varios colegios particulares, algunos de los cuales desaparecieron a causa de él y otros cuando se impuso la enseñanza socialista: de Santa María, del Espíritu Santo, de San José, del Sagrado Corazón de Jesús y Latinoamericano, y en un nivel superior, la Academia Sor Juana Inés de la Cruz.

      Desde 1922 se habían creado una Escuela Nocturna para varones, el Centro Cultural Obrero y la Escuela Normal (que en 1928 dirigía la profesora Ángela Aguilar). Surgió tal vez en esta etapa la Escuela Superior Aquiles Serdán; en 1933 funcionaba el Centro Cultural Ignacio M. Altamirano, dentro del cual se inauguró en ese año una Escuela Nocturna para Obreros, además de incluir una Escuela de Farmacia y otra de Electricidad. Por esa fecha actuó una misión cultural proveniente de la metrópoli. Desde el 2 de noviembre de 1921 se había puesto la primera piedra de la Escuela Granja o de Agricultura (edificio que hoy ocupa el Instituto Lux); en 1923 había surgido una Academia Comercial y en 1931 otra análoga para señoritas, y desde 1917 funcionaba la Academia Comercial Matías Velázquez. También en 1923 se fundó la Academia Antonio Alzate secundaria y preparatoria que dirigía el padre José de Jesús Ríos y que desapareció hacia 1925 o poco después. El Seminario Conciliar tuvo que ser trasladado, a causa del conflicto religioso, a San Antonio Texas, de 1927 a 1929. Desde 1918, la Escuela Preparatoria siendo director el licenciado Francisco Gómez había vuelto a su antiguo edificio (el mismo demolido hace dos décadas, para construir el actual), donde tuvo una vida fecunda con maestros como Vicente González del Castillo, los doctores Cornelio Larios, José L. Ortiz, José de Jesús González, Pablo del Río y Raúl Aranda de la Parra; los ingenieros Juan B. Gómez, Ceferino Ortiz y Francisco Zamora; los licenciados Enrique Mendoza, Rafael Pedroza y Manuel Alcocer Marmole; Ricardo Galván y Luis Suárez Zambrano, el pintor José Díaz del Castillo y muchos otros que le dieron justo renombre. La enseñanza de la música era atendida por la Academia Mercedes Mendoza, de Enrique Jaso López, y por la de Manuel G. Tinoco, además de la Escuela de Música Sacra que antaño dirigió el padre Secundino Briseño. Aparte de la para entonces excelente biblioteca de la Preparatoria y de los restos de la otrora magnífica del Seminario (saqueada durante la Revolución), se pudo contar desde 1920 con la Sala de Lectura del Círculo Leonés Mutualista, y desde que fue secretario de Educación el licenciado José Vasconcelos se tuvo una pequeña, pero selecta, en el Teatro Doblado, a cargo de Crisóforo Mendoza. Otras abundosas bibliotecas de particulares fueron, en primer término, la del Obispo de León, doctor Emeterio Valverde y Téllez, con cerca de 20 mil volúmenes, y después la del padre Gordoa lamentablemente dispersada al fallecer, la de los jesuitas, la de Luis Long (legada por él a la ciudad) y otras menores.

      El Círculo Leonés Mutualista competía con la Escuela Preparatoria en la promoción de eventos culturales (entre ellos: veladas con recitales, conciertos y obras dramáticas o conferencias de propios y extraños); desde el primer día de 1924 se trasladó de su antiguo local (hoy Hotel Condesa), a su actual edificio donde en ese año, o en el siguiente, hubo una exposición de libros en alemán (idioma que enseñaba allí desde 1919, lo mismo que el inglés, el profesor Otto Rogenhoffer). No sólo organizaba kermesses y actos sociales, sino también exposiciones artísticas y de artesanos como la de enero de 1920 y juegos florales como los muy brillantes de enero de 1921, y acaso también los de enero de 1935. Literatos y artistas integraron en 1924 la Sociedad Artística La Trapa, cuyo animador fue el doctor José de Jesús González y, a su muerte, Vicente González del Castillo. En 1933, por iniciativa de Alberto Quiroz, surgió una similar llamada Savia Nueva. También el Ayuntarniento fomentó la cultura auspiciando la exhibición de pinturas y fotografías dentro de la gran exposición industrial de 1923, y aparte de ello patrocinaba las fiestas conmemorativas de la fundación de la ciudad en cada enero, teniendo mucho brillo las de 1923 con su desfile de carros alegóricos. Previamente se había festejado el 27 de septiembre de 1921, centenario de la consumación de la Independencia, honrando a Iturbide y Guerrero, retratados por Brígido Frausto y José Díaz del Castillo, respectivamente. Fue algunas veces muy lucida la acostumbrada celebración del 15 y 16 de septiembre, como sucedió en 1922 en que, recitando el México y España de Juan de Dios Peza, se concluía:
"¡Honor eterno a México, españoles!
¡Honor eterno a España, mexicanos!"

      Así ocurrió también en 1923 en que hubo una gentil "reina de las fiestas patrias" y representando a Obregón el ministro Vasconcelos pronunció en un banquete elocuente discurso ante los gobernadores saliente y entrante: Madrazo y Colunga. Con la presencia de otro Agustín Arroyo se celebró en el Teatro Doblado, en junio de 1930, una solemne velada conmemorativa del centenario del otorgarniento a León del rango de ciudad, premiándose en ella creaciones literarias e investigaciones históricas.

      Paralelamente, hubo varias festividades religiosas: en 1921 con motivo de la colocación de la primera piedra del ambicioso Templo Expiatorio y sobre todo para festejar la erección de la catedral en basílica, y en 1923, para iniciar en el cerro del Cubilete con gran afluencia de prelados y fieles la construcción del primer monumento a Cristo Rey a iniciativa del obispo Valverde y Téllez, que había regresado a su sede el 13 o 14 de enero de 1919, siendo dinamitada la imagen 5 años más tarde. Además tuvieron siempre lucimiento las fiestas (cada mayo) en honor de la Madre Santísima de la Luz (a las que acudían peregrinos y en las que se tenían animadas verbenas).

      Aunque los leoneses vivían dedicados al trabajo, había frecuentes motivos de esparcimiento: desde luego los deportes cada vez más difundidos entre los que aparece el boxeo en 1922, y el fútbol (que empieza a competir con el béisbol) desde 1923, fundándose nuevos clubes deportivos para este último Atlético, Hidalgo, A.C.J.M., Iturbide, México, Nacional y Obrero en 1925. Además, para todas las clases sociales, las serenatas tres veces a la semana en la Plaza Principal, amenizadas por la banda de música, y las fiestas patrias o las del 20 de enero; para la popular, las verbenas en los barrios al celebrar el santo patrono; para la media y la alta, las kermesses en el Círculo Leonés Mutualista, o los bailes en el Casino o en el patio de la Casa Municipal. Y para todo mundo, diversos espectáculos, desde las corridas, las que Rodolfo Gaona, leonés, toreó en 1921 y 1925 hasta las veladas literario-musicales y dramáticas organizadas por el Circulo Leonés Mutualista, el Ayuntamiento o la Escuela Preparatoria. Aunque en el Teatro Doblado seguían ofreciéndose obras teatrales, operas, operetas y zarzuelas, empezaban a fascinar al público las revistas ligeras y ya en agosto de 1921 un cronista de El Chisme lamentaba que "mientras antaño se exigía cierta decencia, hoy el Ayuntamiento abre el cofre de sus concesiones, Mientras Benavente y Linares Rivas huyen avergonzados, se aplaude a rabiar a los personajes de la revista mexicana, copiados de las pulquerías metropolitanas. El León antiguo se va se va ¡se fue!". Las revistas aludidas serían del tipo de las de Beristáin que ya en 1928 había estado y que en 1930 actuó simultáneamente en los teatros Doblado e Ideal, al lado de Lupe Rivas Cacho; con este género alcanzó gran éxito Roberto Soto, en febrero de 1932, con "Upa y Apa y Viva mi tierra", actuando con bailarinas como Eva Beltri, y artistas como Amelia Wilheirny. Además, ya en 1925 había carpas como las de Las Foilies Colón. Ningún espectáculo, sin embargo, logró tanta popularidad como el cine y aparte de utilizarse para ello, cada vez más, teatros como el Doblado o el Ideal, surgieron nuevas salas, siempre más amplias, como el Teatro Cine Vera en 1921 (que se incendió años después) y el Cine Isabel en 1930, año en que el llamado arte mudo dejó de serio en León al exhibirse "Rey de Reyes". Pronto hicie- ron su aparición las revistas musicales en 1932-1933, o asuntos frívolos como "Escándalos Romanos" en 1934. Sin duda, el cambio en las preferencias del pueblo leonés se había acentuado entre 1921 y 1934. Y esto ocurría también en su actitud frente al socialismo, pues si en 1921 fue motivo de indignación para muchos el Sr. Rarnón Orozco Avila izara la bandera roji-negra en un edificio público, la celebración de un "viernes rojo" en el Doblado en 1935, no parece haber dejado mayor huella. Por cierto que sólo en septiembre de 1921 surgió el primer conflicto obrero-patronal, pero casi no hubo relaciones conflictivas. Sin embargo, los salarios de muchos trabajadores eran bajísimos.
 
 
 
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